¡Empezamos!

La huerta del  Amadeo Vives, por Inés
Viernes, 22 de mayo de 2015
¡Gracias Inés!

Fue por un poco antes de Semana Santa, no sé si me falla la memoria, que escuché que en el cole, el AMPA quería hacer un huerto. Desde el  minuto cero quise participar y pensé en colaborar con ese proyecto. 

Pienso que los niños, y sobre todo los de ciudad, tienen que tener contacto con la tierra, saber que lo que comemos se cultiva y ver ese proceso tan mágico de como una semilla o una pequeña planta se desarrolla y da sus frutos.

Nosotros no tenemos abuelos hortelanos, ni arraigo en un pueblo o entorno rural pero en mi familia hemos intentado cultivar aromáticas, tomates, fresas, la verdad es que la producción ha sido escasa y era lo de menos, lo que importa con los niños es el proceso.  Pienso que todos los papás que hemos estado en este lio, nos movemos para que nuestros hijos urbanitas se acerquen más a la tierra y a sus productos.

Al principio la sensación es que íbamos muy tarde y que no había tiempo ya para lanzarlo, pero lo que no faltaba era ánimo, queríamos lanzar el proyecto, hacer todo lo posible, para así tenerlo desde el principio el curso siguiente. Queríamos que los profes lo vieran, que les picara el gusanillo.

Las posibilidades del huerto son infinitas, no solo para la materia de ciencias naturales;  los cultivos, las posibles plagas, talleres de insectos que nos ayudan a combatir las plagas. En matemáticas;  geometría, calculo y si no que nos pregunten a los padres que nos convertimos de repente en agrimensores, que si tantos bancales, que si de tal medida, que si tanta altura, cuanto espacio entre ellos y para salvar los árboles, que si hay que calcular cuántos metros cúbicos de tierra necesitamos, nos enviábamos hasta fotos de los dibujos de nuestro espacio y como quedarían los rectángulos  y las fórmulas con los cálculos de la tierra y el mantillo y sus costes. La orientación.

Y supongo que otro tanto con el riego automático (yo en estos cálculos y diseño no he participado).

Y paso a paso todos lo habéis podido ver,  el espacio es el terreno que hay detrás de la casita del AMPA, primero se segó la maleza y se removió el terreno con una motoazada.   A principios de Mayo encargamos la tierra y el mantillo, nos la trajeron un jueves y ese mismo viernes nos pusimos a ello, entre esa tarde y el sábado por la mañana se hicieron los bancales, se limpió y se podaron todos los arbustos (árboles ya) del patio, la parra, se removió la tierra y se preparó el cuadradito que hay en la entrada al patio y que llamamos “el de las fresas”, se puso una malla para generar sombra, tiramos todas las ramas y restos al punto limpio de Latina.

Entre tanto una de las profesoras de Infantil se puso en contacto con los papás del AMPA y nos comentó que su clase realizaría un espantapájaros.  Que sensaciones, que emotivo, fue escuchar esto, bueno leerlo, porque hay que decir que esa herramienta a la que todo el mundo pone como un “roba tiempo del demonio”, a nosotros nos ha permitido mantenernos en contacto y trabajar, a distancia.

El primer fin de semana de mayo, se compró el riego automático y el martes se compraron los plantones, algunas regaderas, se hicieron los carteles y el miércoles por la mañana, los niños de Educación Infantil, las seis clases organizadas por turnos bajaron a plantar.

Una de las mamás qué estaban el miércoles me comentaba que una de las clases de infantil, bajaban cada uno con su vasito de plástico y sus lentejas, garbanzos y judías entre algodones, dispuestos a plantarlos. A mí cuando me lo contaba se me saltaban las lágrimas, serán las hormonas o que me estoy haciendo vieja.

No os podéis imaginar la de consultas en Internet sobre huertos urbanos, que sembrar, calendarios de siembra, como plantar. La de vídeos al respecto que nos hemos podido ver. Yo me he convertido en una asidua a “La huertita de Toni”. Hemos quedado con conocidos y personas que han participado en huertos de barrio y de otros colegios, que nos han aconsejado. Está siendo una buena experiencia.

El objetivo es que la huerta sea un medio para los profesores, que la huerta sea también escuela, un sitio donde trabajar juntos, donde se vean los frutos y los fracasos (que también llegarán)  y donde nuestros hijos aprendan.

Solo hemos empezado, este es un proyecto a largo plazo, os iremos informando.







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